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Exjefe de la organización narcotraficante Clan del Golfo fue condenado a 45 años de prisión
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agosto 8, 2023

Departamento de Justicia de los Estados Unidos

PARA DIFUSION INMMEDIATA 8 de agosto, 2023

WWW.JUSTICE.GOV/NEWS

Nota: Para obtener una copia del vídeo de los U.S. Marshals Service transportando a Otoniel en helicóptero de la policía de Nueva York el 5 de mayo de 2022, haga clic aquí.

Exjefe de la organización narcotraficante Clan del Golfo fue condenado a 45 años de prisión por operar organización criminal de forma continua y cargos conexos Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, también fue condenado a pagar 216 millones de dólares.

WASHINGTON – Un ciudadano colombiano fue condenado hoy en un tribunal federal a 45 años de prisión por participar en una empresa delictiva continuada como cabecilla de la multimillonaria organización paramilitar y de narcotráfico conocida como el Clan del Golfo (CDG). Según los documentos judiciales, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, de 51 años y nacido en Antioquia (Colombia), también fue condenado a 45 años de prisión por participar en conspiración para el narcotráfico marítimo y a 45 años de prisión por participar en una conspiración para la importación de narcóticos. Las condenas se ejecutarán simultáneamente. Como parte de la condena, el tribunal ordenó a Úsuga David el pago de 216 millones de dólares. El acusado se declaró culpable de los tres cargos en enero de 2023. “Otoniel encabezó una de las mayores organizaciones de tráfico de cocaína del mundo, en la que dirigió la exportación de cantidades masivas de cocaína a Estados Unidos y ordenó la ejecución despiadada de agentes del orden, militares y civiles colombianos”, declaró el fiscal general Merrick B. Garland.

“Esta sentencia envía un mensaje claro: el Departamento de Justicia encontrará y hará rendir cuentas a los líderes de las mortíferas organizaciones de narcotraficantes que perjudican al pueblo estadounidense, sin importar dónde se encuentren y sin importar cuánto tiempo se requiera”.

“La sentencia de hoy demuestra el compromiso de la DEA de derrotar a las redes criminales mortales que no tienen consideración por la vida humana”, dijo la administradora de la Administración para el Control de Drogas (DEA), Anne Milgram. “La DEA investigó a Otoniel -uno de los narcotraficantes más violentos y prolíficos del mundo- durante casi 20 años.

Bajo el mando de Otoniel, el Clan del Golfo envió cantidades masivas de cocaína a Estados Unidos, aterrorizó al pueblo colombiano y asesinó a civiles, agentes del orden y rivales en Colombia que amenazaban las operaciones de tráfico de la organización. Felicito a los hombres y mujeres de la DEA por sus muchos años de extraordinario trabajo que han culminado con la sentencia de hoy”. “La miseria humana que causó el violentísimo, vengativo y sangriento reinado del acusado como líder de la organización de narcotraficantes Clan del Golfo no podrá calcularse nunca en su totalidad debido a su magnitud, pero la larga sentencia dictada hoy hace justicia y envía un mensaje a otros líderes paramilitares y de carteles, en el sentido de que Estados Unidos solicitará su detención y extradición para que rindan cuentas ante nuestros tribunales de justicia”, declaró el Fiscal Federal del Distrito Este de Nueva York, Breon Peace.

“La sentencia de 45 años que se dicta hoy contra el notoriamente violento líder del Clan del Golfo ilustra el firme enfoque de los Estados Unidos para garantizar la justicia contra aquellos que amenazan la seguridad de nuestra nación y de nuestras comunidades”, declaró el Fiscal Federal del Distrito Sur de Florida, Markenzy Lapointe. “Los líderes de carteles como Úsuga David serán encontrados, extraditados y procesados”. “La sentencia dictada hoy contra el conocido cabecilla del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, es la culminación de años de esfuerzos de colaboración entre Homeland Security Investigations y nuestros socios locales, federales e internacionales responsables de la aplicación de la ley”, declaró el agente especial encargado Ivan J. Arvelo, de Homeland Security Investigations (HSI) Nueva York. “Los delincuentes deberían tomar nota de esta sentencia y prestar atención a su advertencia; HSI mantiene su compromiso con estos esfuerzos conjuntos para desbaratar y desmantelar organizaciones delictivas cuyas actividades ilícitas amenazan la seguridad nacional de los Estados Unidos y la seguridad de nuestras comunidades.”

Entre junio de 2003 y octubre de 2021, Úsuga David fue el líder de una empresa criminal continua responsable de exportar cargamentos de varias toneladas de cocaína desde Colombia a México y América Central para su importación final a los Estados Unidos. Además, Úsuga David participó en conspiraciones para distribuir narcóticos a través de embarcaciones marítimas y también para fabricar y distribuir cocaína, teniendo el conocimiento y la intención de que los narcóticos fueran importados ilegalmente a los Estados Unidos.

El Clan Del Golfo

El CDG es una de las organizaciones delictivas más violentas y poderosas de Colombia y uno de los mayores distribuidores de cocaína del mundo. Con ocasiones en las que ha habido 6.000 miembros, el CDG ejerce un control militar sobre grandes extensiones de territorio en la región de Urabá, en Antioquia (Colombia), una de las zonas más lucrativas para el narcotráfico en Colombia por su proximidad a la frontera entre Colombia y Panamá y a las costas del Caribe y el Pacífico. Vestidos con uniformes militares, los miembros del CDG emplean tácticas y armas militares para reforzar su poder e incitar a la guerra y la violencia contra narcotraficantes rivales, organizaciones paramilitares y autoridades policiales colombianas que amenazan el control del CDG.

El CDG financia sus operaciones principalmente por medio de una multimillonaria operación de tráfico de drogas. Impone un “impuesto” a cualquier narcotraficante que opere en territorio bajo su control, cobrando tasas por cada kilogramo de cocaína fabricado, almacenado o transportado a través de zonas controladas por la organización. El CDG también exporta cocaína directamente y coordina la producción, compra y transferencia de cargamentos semanales y quincenales de varias toneladas de cocaína desde Colombia a Centroamérica y México para su importación final a Estados Unidos.

Para mantener el control sobre el territorio del CDG, Úsuga David y el CDG emplearon un ejército de “sicarios”, quienes llevaron a cabo actos de violencia, incluidos asesinatos, agresiones, secuestros, torturas y homicidios contra competidores y personas consideradas traidoras a la organización, así como contra sus familiares. El CDG asesinó y agredió a agentes de las fuerzas de seguridad colombianas, personal militar colombiano, narcotraficantes y paramilitares rivales, posibles testigos y civiles. Úsuga David y el CDG utilizaron la violencia para promover y reforzar la reputación y la posición del CDG con respecto a las organizaciones delictivas rivales; preservar, proteger y ampliar el poder y el territorio del CDG; financiar las operaciones del CDG y enriquecer a sus líderes mediante el cobro de deudas de drogas; mantener la disciplina entre sus miembros y asociados; y proteger a los miembros del CDG de la detención y el enjuiciamiento intentando silenciar a posibles testigos y tomando represalias contra las autoridades policiales y quienes ayudaban a hacer cumplir la ley.

Úsuga David actuó como líder de alto rango dentro del CDG desde su creación y fue su principal dirigente durante aproximadamente 10 años. Durante este tiempo, Úsuga David supervisó todas las actividades del CDG y ordenó a sus miembros a que participaran en numerosos actos delictivos, incluidos actos de violencia, el cierre obligatorio de todas las actividades comerciales y la circulación de civiles en determinadas regiones de Colombia, represalias contra las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley y posibles testigos, el ejercicio del control sobre las instalaciones de fabricación de drogas y las rutas de tráfico, y la exportación de cocaína en cantidades de varias toneladas. Úsuga David asumió el poder y el control territorial sobre vastas franjas de la costa colombiana y dirigió personalmente a miembros del CDG para que cometieran actos de violencia con el fin de reforzar ese poder. Esto incluía la violencia contra civiles.

Por ejemplo, a principios de 2012, tras la muerte de su hermano en una redada policial, Úsuga David ordenó que se impusiera un paro de varios días en las ciudades y comunidades bajo el control del CDG. Durante la huelga, los miembros del CDG ordenaron que todos los negocios permanecieran cerrados y que los residentes se quedaran en sus casas. Úsuga David ordenó a los miembros del CDG que ejecutaran a quienes no acataran sus órdenes. Úsuga David también ordenó personalmente a miembros del CDG que cometieran asesinatos de determinadas personas, incluidos los asesinatos de narcotraficantes rivales y miembros del CDG que lo traicionaron a él o a la organización. Por ejemplo, Úsuga David ordenó el asesinato de varias personas que trabajaban para una organización de narcotraficantes rival. Además, Úsuga David ordenaba regularmente a los miembros del CDG a que utilizaran la violencia, la intimidación y el asesinato para disuadir a las autoridades policiales de cumplir con su deber y para silenciar a posibles testigos. Por ejemplo, bajo la dirección de Úsuga David, el CDG llevó a cabo campañas organizadas, denominadas “Plan Pistolas”, para asesinar a las fuerzas del orden y al personal militar colombiano utilizando armas de uso militar, incluidas granadas, explosivos y fusiles de asalto.

Úsuga David ofrecía recompensas por el asesinato de policías y militares colombianos para intimidar a las autoridades policiales y evitar que lo capturaran o interfirieran en los negocios del CDG. La organización de Úsuga David intentó en numerosas ocasiones asesinar a personas que se creía que cooperaban con las fuerzas de seguridad. Úsuga David también estaba muy implicado en las actividades de narcotráfico que financiaban al CDG y que cimentaban su poder. Supervisaba las exportaciones de narcotráfico del CDG y dirigía una red de “cobradores de deudas”, encargados de hacer cumplir y recaudar los impuestos pagados por las organizaciones de narcotraficantes que operaban en las regiones controladas por el CDG.

Además, Úsuga David controlaba instalaciones donde se fabricaba cocaína y utilizaba la extensa red de distribución del CDG para exportar cocaína de forma independiente en beneficio propio. Como parte de la condena, el tribunal le ordenó a Úsuga David el pago de una multa de 216 millones de dólares.

La sentencia de decomiso está sujeta al acuerdo entre el Gobierno de Estados Unidos y el Gobierno de la República de Colombia, relativo al reparto de las ganancias decomisadas y los instrumentos del delito. La DEA, el HSI, el FBI, el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) y la Policía del Estado de Nueva York (NYSP) investigaron el caso. Las Fiscalías de los Estados Unidos del Distrito Central de Florida y del Distrito Este de Texas, la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia, la Sección de Estupefacientes y Drogas Peligrosas (NDDS) de la División Penal, los Agregados Judiciales en Bogotá (Colombia) y los abogados asignados a la División de Operaciones Especiales, el Servicio de Alguaciles de los EE.UU., el Departamento de Policía de la Autoridad Portuaria, la Fiscalía General de Colombia y la Policía de Nueva York investigaron el caso. Marshals Service, el Departamento de Policía de la Autoridad Portuaria, la Fiscalía General de la Nación de Colombia, la Policía Nacional de Colombia, el Ministerio de Defensa Nacional de Colombia, el Ministerio de Justicia de Colombia y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia prestaron una valiosa asistencia en la investigación, detención y extradición del acusado.

Los fiscales adjuntos Francisco J. Navarro, Gillian Kassner y Tara B. McGrath, del Distrito Este de Nueva York, han llevado el caso. La fiscal federal adjunta Claire S. Kedeshian, del Distrito Este de Nueva York, se ocupa de los decomisos. Los fiscales adjuntos Robert Emery, del Distrito Sur de Florida, y Alexander Li, del Distrito Sur de Nueva York, dirigieron las acusaciones de sus respectivas oficinas. La investigación, extradición y condena de Úsuga David forma parte de una investigación de las Fuerzas Especiales de Lucha contra la Droga y el Crimen Organizado (OCDETF). El OCDETF identifica, desarticula y desmantela a los narcotraficantes, blanqueadores de dinero, bandas y organizaciones delictivas transnacionales del más alto nivel que amenazan a Estados Unidos, utilizando un enfoque multiinstitucional dirigido por fiscales e impulsado por los servicios de inteligencia, que aprovecha los puntos fuertes de las fuerzas del orden federales, estatales y locales contra las redes delictivas.

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